Me rindo que seas muy feliz
Nunca te exigí ser quien no eras, simplemente te acepte tal cual, respetando tu forma de ser, y debo de aceptar que incluso me gustaban algunas de aquellas cosas que considerabas “tus debilidades”, porque cuando hablabas de aquello que te costaba ser o hacer me parecías incluso alguien humilde, y aunque sé que es hasta cierto punto normal el que la persona amada parezca un poco más grande, más hermosa, más inteligente o capaz para los ojos de quien le ama, no creo que eso haya sido el problema entre nosotros, porque por mucho que te ame nunca deje de ver tus carencias y debilidades, simplemente las acepte.
La vida es demasiado corta para vivirla con promesas, y no quiero prometerte que algún día seré la mujer que tu deseas tener a tu lado, incluso aunque lo considerara posible (cosa que no es), porque así como fui capaz de aceptarte tu debiste aceptarme a mí, o al menos eso era lo que yo esperaba, y quizás me tarde en decir adiós porque no me había dado cuenta del alcance de nuestro problema, creía que solo exagerabas un poco, o que de pronto esa actitud perfeccionista que tienes para contigo mismo se te había escapado y había caído sobre mí, pero en todos los casos pensaba que era una situación temporal, y que pronto te darías cuenta de que no tenias derecho de exigirme a cambiar.
Pero no dejo de decepcionarte, porque parece que por mucho que me esfuerzo todo lo terminó haciendo mal, nunca nada es suficientemente bueno para ti, incluso en aquellas cosas en las que realmente me considero buena no parecen satisfacerte por completo, y tener que lidiar con una imagen perfecta que tenias de mi es un peso demasiado grande para llevarlo sobre mis hombros una vida entera, y más aún si al mismo tiempo no paro de decepcionarte, ya no quiero desilusionarte más, y disculpa que no pueda ni quiera cumplir con esas promesa que nunca te hice de ser perfecta para ti, sin duda pudimos ser muy felices juntos si tan solo hubiéramos ajustado nuestras expectativas a algo real, porque la vida no se trata de hacerlo todo perfecto, incluso equivocándose se puede ser feliz si estas con la persona correcta, y yo no lo soy para ti, ni tu para mí.
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