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No te rebajes. La atención no se ruega, cuando no eres prioridad, no lo eres y punto.

 


Las personas somos seres realmente extraños, muchas veces huimos y abandonamos aquello que debíamos proteger, y en otras ocasiones nos aferramos demasiado a personas que no nos quieren en sus vidas, a gente que no nos ama, que preferiría no tenernos cerca o nunca habernos conocido, y aún así parece que ponemos más esfuerzo en gustar a quien nos rechaza que en cuidar a quienes nos aman.

Creo que el problema con las personas es que por más que hablamos sobre los sentimientos y sobre los valores, sobre los detalles y las formas de amar, en realidad seguimos enfocándonos demasiado en lo superficial, aún existen muchos hombres que destruyen sus vidas por un par de nalgas bien formadas, por unos pechos grandes, o una cintura delgada, y muchas mujeres que consideramos atractivos a aquellos que tienen complejo de don juan, mujeres que nos fijamos más en las palabras bonitas que nos dicen que en lo que nos demuestran en la realidad, o quienes terminan enamorándose del grueso de la cartera de su pareja, como si creyeran que al estar con ese hombre la cartera pasará a ser de su pertenencia.

Y es muy triste ver como tantas personas siguen cayendo en las mismas trampas, tantos siglos de existencia del ser humano y aún no hemos aprendido a escuchar, aún no nos hemos convencido de aquellas palabras que nosotros mismos pronunciamos sin descansar: “lo importante son los sentimientos, lo que llevamos por dentro”, lo decimos con tanta elocuencia que parece que en verdad lo creemos, pero es otra la verdad, la verdad es que seguimos atados a nuestros deseos carnales o buscamos en otra persona aquello que nosotros por cuenta propia no hemos podido obtener, y si bien es cierto que una pareja se debe complementar, esa no es la manera correcta de interpretar esa oración, “complementarse” no es necesariamente que la otra persona resuelva lo que nosotros no podemos hacer.

Complementarse es que alguien nos enseñe como hacer aquello que nos cuesta, no que lo haga por nosotros, y tristemente la mayoría de las parejas se forman buscando llenar los huecos que ellos no pueden resolver, o se forman por una atracción física solamente y cuando los días pasan y el cuerpo de la otra persona deja de ser un misterio entonces todo comienza a irse a un carajo, y los que se casan por dinero están “bien” mientras el dinero pueda seguirles dando aquello que por si mismos no podían conseguir, pero una vez que satisfacen sus deseos de comprar aquello, o una vez que el dinero se agota el “amor” también.

No debemos olvidar que solo tenemos una vida y que tomar una mala decisión sobre a quienes dejamos entrar en nuestras vidas nos hace perder la sustancia de nuestra existencia, nos hace perder la oportunidad de encontrar a alguien que en verdad sea el indicado para estar a nuestro lado, y por trillado que parezca, todo se acaba, y si buscas a alguien que te acompañe hasta el final de tus días, el cuerpazo, el dinero o las palabras no serán suficientes para mantenerlos juntos, al final será una amistad lo que les mantenga unidos, y esos sentimientos de los que todos hablan pero que en realidad pocos aprecian, al final todos nos damos cuenta de lo que realmente importa, pero para algunos será demasiado tarde, y quedarán con la amargura de no poder volver sobre sus pasos para hacer las cosas bien.

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